La gastronomía yeclana es otra tentación a la que el visitante no suele oponer excesiva resistencia. Gazpachos, gachasmigas, arroz y conejo de Raspay, pelotas de relleno y queso frito con tomate. Son platos que antaño constituían la dieta tradicional del campesino y que hoy llegan a las más opulentas mesas. Actualmente convive la cocina tradicional con la “nouvelle cuisine”, en restaurantes de calidad. Además estos platos pueden verse realzados si van acompañados con los excelentes y abundantes vinos de nuestra Denominación de Origen.
Igualmente se puede comer tapeando en los diferentes bares de la ciudad, además todos los años ofrecen una demostración en su Feria de la Tapa celebrada en marzo, coincidiendo con la Feria del Mueble de Yecla.

Descubrelos en los  restaurantes y bares de la Ruta del Vino de Yecla:

restaurantes y bares de vinos

Destaquemos los platos tradicionales:

Gazpachos

Es el plato más característico, los gazpachos en plural, que en Yecla llegan al delirio, según el gastrónomo José Briz, y que ganaron el Premio Nacional de Gazpachos en  la competición anual de Enguera. Sus ingredientes son: torta muy fina de pan ácimo, deshecha en trozos muy pequeños, carnes de caza o de corral, caracoles serranos. Se pueden añadir otros ingredientes como atún, pimiento, níscalos, etc. Su aspecto final, abocados en la torta, es muy curioso y su sabor resulta delicioso. Se comen acompañados de buen vino tinto y cebolla en vinagre.

 

Gachasmigas

Es posible que, al igual que los gazpachos y  las tortas fritas, tengan su origen en la cocina árabe que tan aficionada era a las comidas elaboradas con harina. Aceite, ajos, harina y agua constituyen los ingredientes. Su aspecto es de una tortilla con la costra dorada. Se  suelen comer en la propia sartén y se toman regadas de generoso vino tinto y algunos aderezos agrios.

 

Arroz y conejo tipo Raspay

Ha sido definido por un ilustre gastrónomo como el mejor arroz de España. El sabor único de esta paella de un dedo de cantero se debe a unos caracoles de monte sabrosísimos y el conejo de corral, así como al arte de hacer espléndido lo sencillo. El maridaje adecuado es con los vinos jóvenes de la variedad monastrell.

Pelotas o relleno

Constituye el plato fuerte de la gastronomía yeclana. Verdaderas pelotas del tamaño de las de tenis, elaboradas con pan rallado remojado en agua y leche, magro picado, piñones, perejil  y  especias, hervidas en el caldo del tradicional cocido.

Queso frito con tomate

Queso fresco de cabra frito y acompañado de tomate, también frito, constituyen una mezcla exquisita de extraordinaria simplicidad. Se acompaña de vino blanco o rosado.

 

Tortas fritas

Plato extraordinariamente sencillo consistente en masa fermentada con levadura frita en abundante aceite. Se pueden comer con azúcar, sal, anchoas, miel, sin que falte un buen vino rosado para acompañar.

 

Empanadas de Patata

Las empanadas, que fundamentalmente se hacían en Semana Santa, ahora se disfrutan todo el año. Una masa sobada con aceite alberga una amalgama de patatas a montón, atún, piñones, pimiento morrón y huevo duro.

Dulces

Entre los dulces característicos destacan los libricos, elaborados artesanalmente, según receta pasada de padres a hijos, cuyos ingredientes son obleas y miel. El «pan bendito» se elabora con harina, huevo, aceite y azúcar; tiene el aspecto característico de un pan muy sobado con adornos muy típicos, realizados en la misma masa antes de la cocción; se amasan coincidiendo con la fiesta de San Blas. «Sequillos», «madalenas», «toñas», «galletas», «rollicos de anís» y las «ensaimadas» mejores que las de Mallorca, completan el catálogo de dulces.